Obispos de Venezuela advierten sobre festividades navideñas alternativas
Monseñor Jesús González de Zárate, en su rol como presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana y líder de la arquidiócesis de Valencia, expresó su preocupación por celebraciones relacionadas con el llamado espíritu de la Navidad. Según González de Zárate, tales prácticas no están alineadas con las doctrinas de la fe católica y solicitó a los creyentes que eviten participar en ellas.
Según declaró al medio local, el espíritu verdadero de la Navidad debe centrarse en el nacimiento de Jesús, celebrado el 24 y 25 de diciembre. "Jesucristo es la auténtica luz y el salvador del mundo, a él debemos dedicar estos días especiales", remarcó el monseñor.
Asimismo, recordó que la salvación y la paz solo pueden encontrarse a través de Cristo, motivo por el cual esta época es dedicada a conmemorar su nacimiento.
Afirmó que "cualquier celebración que se aparta de las raíces cristianas pertenece a otras tradiciones no vinculadas al cristianismo".
Conocimiento sobre el Espíritu de la Navidad
Algunas personas celebran el 21 de diciembre un evento conocido como la llegada del espíritu de la Navidad, el cual incluye rituales que se realizan la noche anterior.
Esta figura está asociada con deseos de prosperidad, paz y un amor sin condiciones, y se dice que se manifiesta en el solsticio de invierno, proporcionando energía positiva y buena fortuna para el nuevo año.
Sus raíces se encuentran en festividades paganas como el Yule, que practicaban pueblos antiguos del norte de Europa durante el invierno.
Durante estas festividades, el fuego jugaba un papel central con hogueras y ofrendas realizadas a diversas deidades.
Con el avance del tiempo y la influencia del cristianismo, la llegada de una entidad divina para ofrecer amor y éxito en el solsticio invernal se incorporó en la cultura, adaptando costumbres ancestrales.
Hoy en día, esta tradición ha tomado un enfoque universal, cruzando barreras culturales y religiosas, brindando una ocasión especial para fortalecer las relaciones familiares y espirituales.
